Palimpsesto

También el lenguaje está en ruinas. No hay frase incólume, por lo tanto, no hay idea que de refugio. Todas las palabras han quedado huérfanas sobre el repello consecutivo, bajo el palimpsesto de una urbanidad que no se reinventa pero sí trata de ocultar de una vez lo que alguna vez fue concepto o signo de orientación para el que habita o deshabita. Ahí quedan unas cuantas letras, como burbujas de un buzo que se ahoga queriendo decir algo.









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