Viajo hacia La Trinidad, Sabanagrande, lugar de la primera batalla de Francisco Morazán, y de manera asombrosa, en medio del campo reseco, me topo con la vieja estatua del héroe, dejada ahí por las autoridades que, sin saberlo, hicieron la auto-instalación del Estado hondureño en abandono.
Tus soldados siguen de pie, Morazán, aunque marchitos, te escuchan desde esa dignidad que encarnas, dulce objeto olvidado...
Bonitas fotografías Fabricio, a ver cuándo vamos a dar una "turisteada" por esos rumbos. Y así poder disfrutar de esos parajes con un buen café y unas rosquillas o pan de ese hermoso lugar. Saludos.
ResponderEliminarVamos pues! esa es la foto, el viaje!
ResponderEliminarexcelente!
ResponderEliminarWTF La casa de mi abuelo XD
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